
¿Una relación tóxica? Hablemos de ello
10 de febrero de 2025
Editado por Eleonora Lanza
Psicopedagoga y coach mental
San Valentín, la fiesta de todos los enamorados, y ya sabe que el amor es bueno para usted. O al menos, debería, en su forma más bella. A veces, sin embargo, nos duele, nos vacía, nos enjaula literalmente en situaciones asfixiantes. Es un poco complejo de explicar, pero tratemos de hacerlo como se come: en la práctica puede convertirse en un vínculo tóxico que nos quita más energía de la que nos da. Una frase no bastaría. El bienestar de uno o ambos miembros de la pareja se ve constantemente minado por dinámicas de control, manipulación, celos excesivos, posesión, falta de respeto o, en el peor de los casos, por amenazas constantes. Y ya con estos factores, debería saltar la alarma. Daniel Goleman, un brillante psicólogo que en su esclarecedor libro "Inteligencia Emocional" explica que una relación sana se basa en tres pilares fundamentales: empatía, comunicación y reciprocidad, si estos desgraciadamente faltan, como una prueba de fuego, enseguida queda claro que algo falla, que hay una falta de respeto al otro como individuo, creando desequilibrios de poder, dependencia emocional con ciclos de dolor infligido que se perpetúan en el tiempo. En nuestra experiencia clínica, hemos identificado algunas señales de alarma recurrentes que esperamos delineen mejor el contexto en el que puedes encontrarte:
Ansiedad constante
Te sientes constantemente en alerta, como si anduvieras sobre cáscaras de huevo, vives con el miedo constante a cometer errores, a que te juzguen o a perder a la persona que "te importa". Esta tensión constante no forma parte de una relación sana.
Control y manipulación
Tu pareja intenta decidir por ti, coartando tu libertad, con chantajes emocionales o críticas constantes, este comportamiento revela más bien un patrón de control dañino que deberías evitar a pesar de todo.
Aislamiento social
Te das cuenta de que cada vez ves menos amigos y familiares a tu alrededor, en cuyo caso el aislamiento progresivo es una de las "estrategias" más comunes en las relaciones tóxicas, y aquí deberías huir como alma que lleva el diablo de tu pareja, no sólo por lo patológico de la relación sino sobre todo por la mala fe que esta persona pueda tener hacia ti.
La psicoterapeuta Robin Norwood, en su libro "Las mujeres que aman demasiado", describe magistralmente la dependencia emocional, aunque desde una perspectiva femenina (sí, los hombres también sufren dependencia emocional): un vínculo en el que la necesidad del otro se vuelve obsesiva y quien la padece tiende a aceptar relaciones desequilibradas, justificando a menudo comportamientos tóxicos. Esta dinámica es comparable a una verdadera adicción a sustancias, pero con la variante psicológica: se permanece en la relación a pesar del dolor, como si se estuviera atado a una droga de la que no se puede prescindir. El cuerpo y la mente se acostumbran a los altibajos emocionales, justificándolos una y otra vez, lo que hace cada vez más difícil romper la relación, por no decir "imposible", debido a la palanca emocional y afectiva que lo bloquea. Es como si uno quedara literalmente enredado. El psiquiatra Stefano Carbone explica también que las relaciones tóxicas pueden activar mecanismos similares a los de la adicción a sustancias. En los momentos "positivos", el cerebro libera dopamina, la hormona del placer, creando una especie de "recompensa" que nos hace quedarnos incluso cuando la situación se vuelve pesada o dolorosa. Es un círculo vicioso muy complicado de romper y no debes culparte si esto ocurre.
Me gustaría salir de esta situación insana pero...
Te entendemos perfectamente, y el hecho de que reconozcas que la situación es problemática ya es mucho y no es en absoluto trivial, es el paso más importante y te honra. Aceptar que la relación ya no es sana (con todo el transporte emocional que conlleva) es de facto el primer paso para iniciar un cambio radical. Intenta hablarlo primero con alguien de confianza (un amigo, un familiar) para tener una perspectiva externa, para conseguir una red de apoyo. Obviamente, esperamos que esto sea suficiente, porque esperamos lo mejor, pero a veces hablar con los amigos no basta. Puede ser necesario el apoyo de un profesional (psicólogo o psicoterapeuta) para reconstruir la autoestima que ha sido destruida y destrozada a lo largo de los años, y volver a aprender a sentirse bien con uno mismo, "reestructurándose" cognitivamente después de todos los escombros y el dolor. Pero recuerda que el miedo a estar solo es una de las principales razones por las que permanecemos en relaciones destructivas. Por difícil que parezca, nunca estarás solo, eres amado y como tal tienes personas que te quieren. Empieza de nuevo desde ahí y desde ellos, y verás que tendrás un nuevo comienzo más inmediato. Redescubrirás y aprenderás a comprender que mereces ser amado y respetado tal y como eres. Aléjate de quienes quieren que seas diferente o que de alguna manera cambies o te conviertas en lo que no eres, no es sano, aléjate de esas personas, cultiva tus intereses, rodéate de almas amables y positivas y trabaja en ti para evitar repetir las mismas dinámicas en el futuro. Lo conseguirás, estamos seguros de ello. Requiere un gran esfuerzo, pero merece la pena.
Números de emergencia
143: La mano tendida (24/7)
144: Urgencias médicas
0800 866 866: Violencia doméstica
Servicio de asistencia
Nos encontrarás siempre disponibles, en nuestro centro ofrecemos un espacio seguro para explorar estas dinámicas no sólo con escucha o psicoterapia, sino también con dramaterapia, grupos de relajación y mucho más. Recuerda: pedir ayuda es un signo de fortaleza, no de debilidad, y tú eres muy fuerte. Si has llegado hasta aquí, ya has dado el primer paso.
Os dejamos con un pequeño apunte: el miedo a la soledad puede mantenernos atados a relaciones poco saludables, pero tenedlo siempre presente: merecéis un amor que os haga florecer, no marchitaros, un amor que añada luz a vuestra vida, no que la oscurezca.❤️🩹
BIBLIOGRAFÍA
Bowlby, J. (1972). Apego y pérdida: Vol. 1. Bollati Boringhieri.
Bowlby, J. (1983). Una base segura: Aplicaciones clínicas de la teoría del apego. Editorial Cortina.
Carbone, S. (2019) El cerebro enamorado: Las ciencias de las relaciones y los vínculos afectivos. Franco Angeli
Damasio, A. (1995) El error de Descartes: emoción, razón y cerebro humano. Adelphi
Fromm, E. (1994). El arte de amar. Mondadori .
Goleman, D. (1997). Inteligencia emocional: Qué es y por qué puede hacernos felices. BUR Rizzoli
Goleman. D. (2007). Inteligencia social: La nueva ciencia de las relaciones humanas. Rizzoli
Norwood, R. (1985). Mujeres que aman demasiado. Feltrinelli
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