Le fobie specifiche

Fobias específicas

Una fobia es un miedo intenso e incapacitante a algo que en realidad entraña poco o ningún peligro.

 

¿Qué es una fobia específica?

Una fobia es un miedo intenso a algo que en realidad entraña poco o ningún peligro. Las más comunes son los lugares cerrados, las alturas, conducir por autopista, volar, los insectos, las serpientes, las agujas, la oscuridad y la sangre.

La mayoría se producen en la infancia, pero también pueden aparecer en la edad adulta.

Las fobias se desarrollan de tres formas diferentes:

  • Acontecimiento traumático (ser mordido por un perro o sufrir un accidente de coche).
  • Acontecimientos subtraumáticos (ser asustado, más de una vez, por un perro).
  • Aprendizaje por modelos (criarse con personas que tienen fobias intensas específicas).

Es posible dividir las fobias más comunes en cuatro categorías:

  • ANIMALES: miedo a serpientes, arañas, roedores y perros.
  • EVENTOS NATURALES: altura, tormentas, agua y oscuridad.
  • CIRCUNSTANCIAS y SITUACIONES: estar en lugares cerrados (claustrofobia), utilizar ascensores y medios de transporte como aviones, coches, tranvías/autobuses y trenes.
  • SANGRE Y DOCTORES: miedo a la sangre, a las heridas, a los exámenes médicos y a los dentistas.

 

¿En qué podemos ayudarle?

La terapia cognitivo-conductual (TCC) basada en la exposición es el tratamiento de elección para las fobias. Según el Instituto Nacional de Salud Mental, alrededor del 75% de las personas superan el problema gracias a la TCC.

Desde el punto de vista conductual, las fobias se mantienen mediante la evitación de los estímulos fóbicos. Al hacerlo, el individuo no puede comprobar que los escenarios catastróficos temidos no son tan realistas o terribles como se imagina.

La terapia de exposición, por tanto, pretende animar a los individuos a enfrentarse a las situaciones temidas (tanto en la realidad como en la imaginación) sin evitarlas y aprendiendo a tolerar la ansiedad que despiertan.

El terapeuta acompaña al paciente a hacer frente a las circunstancias ansiógenas, de forma gradual, empezando por las que le generan menos malestar hasta las que le resultan más difíciles.

Existen diversas variantes de la terapia de exposición que son igualmente eficaces para tratar fobias específicas:

  • exposición in vivo/in imaginaciónConsiste en enfrentarse a los estímulos temidos, ya sea en la realidad o en la imaginación, normalmente de forma gradual. Cuando el terapeuta actúa como modelo en el proceso de exposición, enseñando a la persona las estrategias que debe utilizar en tiempo real, se habla de "modelado participante". Aunque es difícil que muchas personas acepten someterse a este tipo de terapia, los resultados son excelentes y se mantienen a lo largo del tiempo.
  • desensibilización sistemáticaConsiste en enfrentarse a imágenes y pensamientos ansiógenos en imaginación o in vivo, adoptando técnicas de relajación (u otras estrategias incompatibles con el miedo), con el fin de aliviar la respuesta de ansiedad. La aplicación de esta técnica requiere más tiempo que la exposición in vivo.
  • exposición a través de la realidad virtualcomo la propia palabra indica, consiste en la utilización de programas informáticos capaces de recrear escenarios fóbicos, con los que la persona puede interactuar. Esta alternativa puede ser útil para abordar situaciones difíciles de replicar in vivo (miedo a volar o a las alturas). Son necesarios más estudios para comprobar su eficacia en los distintos tipos de fobias existentes.
  • tensión muscular aplicadaes una variante de la terapia de exposición utilizada en el tratamiento de la fobia a la sangre y a las inyecciones. El tratamiento implica el uso de técnicas de exposición estándar en combinación con ejercicios de tensión muscular para hacer frente a la disminución de la presión arterial debida a la reacción vasovagal, que puede provocar desmayos.