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Trastornos del desarrollo

El llamado "comportamiento problemático" puede ser consecuencia de factores de estrés en la vida de los niños, puede ser temporal o representar la manifestación de un trastorno real. Los trastornos del comportamiento perturbador más frecuentes son el trastorno negativista desafiante (TOD), el trastorno de conducta (TC) y el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).

 

¿Qué son los trastornos del comportamiento infantil?

Es frecuente encontrar actitudes impulsivas, agresivas o provocadoras en los niños de vez en cuando o durante periodos cortos.
Algunos, sin embargo, manifiestan comportamientos extremos difíciles de manejar y notablemente fuera de la norma en frecuencia y duración, en comparación con su nivel de desarrollo.
Los llamados "comportamientos problemáticos" pueden ser consecuencia de factores estresantes en la vida de los niños, pueden ser temporales o pueden representar la manifestación de un trastorno real.
Los trastornos del comportamiento perturbador más frecuentes son el trastorno negativista desafiante (TOD), el trastorno de conducta (TC) y el trastorno por déficit de atención (TDA). trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).
Trastornos psicológicos y emocionales en la infancia
Entre los trastornos psicológicos más frecuentes en la infancia encontramos, entre los de naturaleza emocional, el trastorno obsesivo compulsivo, los trastornos de ansiedad, la depresión; entre los de naturaleza conductual el TDAH, el DC y el TOD; entre los de naturaleza del desarrollo, el retraso del lenguaje, el retraso cognitivo y los trastornos del espectro autista.
Los trastornos o problemas emocionales y de conducta también pueden dividirse en categorías: internalizados (trastornos emocionales como la ansiedad y la depresión) o externalizados (como el TDAH y el DC)

Trastorno negativista desafiante

Aproximadamente uno de cada 10 niños menores de 12 años es diagnosticado de Trastorno Negativista Desafiante (TOD), con el doble de frecuencia en los varones. Algunos de los comportamientos típicos de este trastorno son:

  • Tendencia a enfadarse, irritarse o aburrirse con facilidad.
  • Frecuentes ataques de ira
  • Conflictos frecuentes con adultos, especialmente familiares
  • Negativa a respetar las normas
  • Dar la impresión de molestar y exasperar deliberadamente a otras personas.
  • Baja autoestima
  • Baja tolerancia a la frustración
  • Tendencia a culpar a los demás de lo que ocurre

Trastorno de conducta

Los niños con trastorno de conducta (TC) suelen ser etiquetados de "malos" debido a su comportamiento desviado y su rechazo de las normas. Aproximadamente el 5% de los niños de alrededor de 10 años reciben este diagnóstico con una frecuencia cuatro veces mayor en varones que en mujeres. Aproximadamente un tercio de los niños con trastorno de conducta padecen trastorno por déficit de atención con hiperactividad.
Algunos de los comportamientos típicos de este trastorno son:

  • Tendencia a desobedecer con frecuencia a los padres u otras figuras de autoridad.
  • Absentismo frecuente
  • Tendencia muy precoz al consumo de drogas, cigarrillos o alcohol
  • Falta de empatía hacia los demás
  • Agresividad hacia animales o personas o tendencia a mostrar un comportamiento sádico que incluya la intimidación y el abuso físico o sexual.
  • Tendencia a la provocación y a la agresión física
  • Uso de armas y objetos durante los encuentros físicos
  • Mentiras frecuentes
  • Incurrir en conductas delictivas como vandalismo, incendios provocados o robos.
  • Escapadas de casa
  • Tendencias suicidas - aunque más raras

 

¿En qué podemos ayudarle?

Los tratamientos suelen ser multimodales y varían en función del trastorno específico y de los factores que hayan contribuido al desarrollo y mantenimiento de la sintomatología.

  • Formación para padres - consiste en evaluar el estilo educativo y comunicativo en el seno de la familia con el fin de preparar una intervención ad hoc útil para gestionar los comportamientos problemáticos.
  • Terapia familiar - se implica a toda la familia para fomentar el desarrollo de estrategias de comunicación y resolución de problemas
  • Terapia cognitivo-conductual en la edad de desarrollo - se orienta a los niños en el desarrollo de estrategias de regulación cognitiva, emocional y conductual a través de intervenciones específicas como:
    Formación en habilidades sociales - el niño aprende habilidades sociales básicas útiles para comunicar sus necesidades y estados de ánimo de un modo más funcional y para desarrollar una mejor relación con los adultos y los compañeros
    Formación en gestión de la ira - el niño aprende a reconocer los primeros signos de frustración o angustia y se le guía para que utilice una serie de habilidades de afrontamiento para calmar la ira y el comportamiento agresivo. También se enseñan técnicas de relajación y de gestión del estrés.
    Ocuparse de los problemas asociados - la presencia de cualquier trastorno del aprendizaje u otros problemas emocionales, educativos y psicológicos puede contribuir al mantenimiento del problema y, por lo tanto, requiere apoyo profesional.
    Entrenamiento de la autoestima - Muchos niños con problemas de conducta experimentan repetidos fracasos en el ámbito escolar y/o interpersonal. Por ello, es importante trabajar en la identificación y el fortalecimiento de los recursos personales con el fin de construir una base sólida para el desarrollo de una autoestima sana.
  • Intervención farmacológica - puede ser útil para controlar comportamientos especialmente impulsivos.

 

Identificación precoz

El diagnóstico precoz es crucial para una intervención eficaz. Ayuda a mejorar la calidad de vida del individuo y a prevenir o minimizar las consecuencias a largo plazo del trastorno de conducta.

  • El problema de comportamiento puede identificarse ya en la edad preescolar, pero se detecta más fácilmente al entrar en el contexto escolar.
  • Los programas de intervención precoz en los trastornos del comportamiento, desde los primeros signos, son de crucial importancia para prevenir el desarrollo de trastornos mentales en la adolescencia y la edad adulta.